sábado, 31 de marzo de 2012

Lo improbable debe ser cierto.

Sí, pero no. No, pero quiero. Quiero, y no puedo. Puedo no intentarlo. Pero me entran celos del viento que crea las ondulaciones en tu pelo, y del color azul del mar que entra por tus ojos. Intentarlos sería un fracaso asegurado, como diría la canción, "nos cansaríamos al ratito de empezar." Y yo no quiero empezar una batalla que ya está perdida, ilusionarme con un sueño que tuve al despertar. Las ganas de matarme con el roce de tus manos aumentan cada día. La desesperación por un poco de esa mirada me devora como si llevara años sin comer. No lo voy a negar cuando es verdad; aunque es sí pero no. Momentos inexplicables de sentidos innecesarios. No quiero que me busques, quiero que me hagas encontrar. Porque yo sé que tú puedes hacerlo. No defraudarás. Mientras yo dejo tu mirada llena de miradas mías.


Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...