viernes, 30 de diciembre de 2011

Decisiones, aciertos, futuro.

Hoy, a punto de que acabe este dos mil once, la que hable en esta entrada, quiero ser yo, la que se sienta a escribir cada palabra detrás de una pantalla, no ninguno de mis ficticios personajes que me ayudan a expresarme, o a decir lo que no me atrevo. Lo más seguro es que esta sea la última entrada de este año. Un año que comenzó siendo feliz y acabó cayendo en un abismo. Abismo que queda en el pasado y que nos volvió a todos un poco más insensibles. No, dije que hoy hablaría yo. Este año me ha vuelto un poco más insensible, quizás también más inestable, menos receptiva. Un verano lleno de sonrisas, de sorpresas, de gente a la que no esperaba. De declaraciones de amor que fueron verdaderas, o no. Pero que ya tampoco importan, porque el tiempo fue avanzando, y, como siempre, aprendí quién estaba y quién no; con quién podía contar cuando el llanto me podía y a quién llamar cuando el cuerpo me pedía bailar. Quizás ahora me arrepiento, quizás me de cuenta de los fallos, pero ya nada puedo cambiar. Mis decisiones marcaron mi camino, y, gracias a lo que sea que me llevó a elegir, hoy soy feliz. Creo. Esperaba terminar este año de forma estelar, o empezar el nuevo, o ambas cosas. Pero, como ya dije, las decisiones que tomamos marcan nuestro futuro, que cometemos errores, y que yo me volví más insensible. Un error más, solo será un añadido en una larga lista.  

FELIZ NUEVO AÑO.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

En el País de las Maravillas.

Ella me dijo que si nunca me hubiera conocido, se hubiera enamorado de mi. Que cada palabra que soltaba era cautivadora, mi humor inteligente, y su risa llenaba la sala en la que se encontrara siempre que hablara conmigo. Todo era tan maravilloso, que no era nada vergonzoso, que me desparpajo la abrumaba, que no me quedaba callado con nada, siempre tenía salida para todo, contestación para cualquier situación. Era valiente, honesto o sincero, que nunca tuvo la diferencia clara. Mis conversaciones animadas, nunca podrían ser olvidadas, que gustaban, finalmente, enamoraba. Todo eso si no me hubiera conocido. Que la verdad era decepción aumentada, que no era lo que ella esperaba. Ya no hablo de la apariencia, sino de mi yo frente al mundo, "Alicia a través del cristal". Aunque como explicar que siempre le dije la verdad, que lo que veía antes era lo que había. Pero tanto me cuesta enfrentarme a ella como al mundo en general. Así que la dejé marchar sin explicar nada, jugué como nunca; perdí como siempre. Si no me hubiera conocido. Lo estuve pensando de vuelta a casa, semanas más tarde, años atrás. Ahora me da igual. Si dijo eso, es que se llegó a enamorar del verdadero yo, lo que podía dar y no quiso esperar. Entonces, ¿sería culpa mía o del cristal? Quizás de ella, que no supo mirar a través de este y ver a Alicia en el País de Nunca Jamás.

¿Cuanta gente se ha podido enamorar de una falsa realidad?



sábado, 10 de diciembre de 2011

No sabemos.

Ven al final del fin con nosotros;
un lugar lejos de aquí y todos locos.
Pero tú, tú ya lo tienes todo.
Qué puedes pedir, si tú ya lo tienes todo.


viernes, 2 de diciembre de 2011

Historias paganas.

Hoy me asaltan los recuerdos de una noche de verano, donde el agua del mar y la luz lunar bañaban nuestras manos. Hoy me asaltan los recuerdos de una tarde lluviosa, donde se escondieron las ganas de mirar las mariposas, voladoras desesperadas. Hoy me asalta una vida ya pasada, un presente no vivido, un futuro incierto debido a un tiempo desierto con la furia ciega que tenemos los humanos.

Hoy me asaltaron los recuerdos del pasado, de una luz opaca y una pared transparente por lo que podía ver mi muerte. Venía vestida de rojo, con una sonrisa en su cara. Farsante descuidada. Ya no sabe lo que siente, solo lo presiente; sustentando su propia existencia con leyendas y cuentos lejanos. Cuentos paganos, de esos que exponen a la muerte como la mejor de las patrañas. Desengañan creencias instauradas, madres de futuros de esperanza, de vidas desnatadas.

Hoy me asaltan los recuerdos de un pasado que no es mío, de un presente al que no lloro, de un futuro remoto. Quizás la vida merece ser vivida con los ojos cerrados, sin esperar al de rojo, que ya vendrá despreocupado. Hoy me asaltan los recuerdos de una noche de verano, donde el cielo era tierra, y el suelo, lejano.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Yo no te culpo por querer dejarme solo.

+Eres tonto.
-Un tonto enamorado.
+Enamorado de alguien que nunca te va a corresponder.

Solo vive.


Se le desgastaron los labios, perdieron el color, la sustancia, la esencia, el sabor. Será de besar al que no correspondía, hablar con el que no quería, suspirar por el que no debía. Pero a ella ya no le queda pasión. Los pinta para que parezcan vivos, mintiendo a todos los que se acerquen a mirarla. Que no noten que murió. Que parezca todo un accidente de la estación estival; por donde ya no pasa el tren, que se quedó perdido en cualquier lugar del mundo. Que si no tiene en cuenta que se mata, ella se tira al vacío sin pensarlo. Ella no lo piensa más de cinco veces, porque el cinco es un número horrible. No soporta los días impares, siempre le ocurre lo que sueña, y ella siempre tiene pesadillas. Se le aparecen los monstruos del pasado, y los sin rostro del futuro. Pero ella quiere un presente con los labios desgastados.

martes, 22 de noviembre de 2011

Sucesión de puntos muy juntitos.

La línea. Una delgada y fina línea es lo que delimita unas cosas de otras. Pone la froteras a las cosas que son y a las que no son, a la verdad y a la mentira, al blanco y al negro. ¿Pero dónde está exactamente esa línea? Cuando sabemos lo que está bien, de lo que está regular. Dónde está la separación entre el negro y el gris. Cómo sabemos cuando es mentira, o callamos la verdad
Líneas. Tan finas, tan delgadas, tan difíciles de situar.
El límite entre querer y amar; entre vivir y sobrevivir; entre dormir y soñar; entre volar y ser libre.Y todo por una absurda línea. ¿Por qué? Acaso los colores no son vida, durmiendo no podemos soñar, volando no podemos sentirnos libres, callar la verdad no es silenciar la mentira, hacerlo bien siempre será regular para los ojos del que mira y queriéndo no se puede llegar a  amar. Nadie lo podrá llegar a entender jamás. Ellos ven en la línea un horizonte, y no quieren apreder que es todo lo contrario. Es un paso más allá. Algo extrasensorial, difícil de explicar pero sencillo de dibujar, de escribir, de tocar. Que la línea no es más que la sucesión de infinitos puntos muy juntitos entre ellos, pero por los que uno se puede colar. Y si, colarse significa traspasar esa línea inquebrantable. Pasar y ver que hay más allá.

Supongo que será por estas cosas.


lunes, 14 de noviembre de 2011

Un rayo de lámpara de salón.

...Entonces me dijo que todo lo que escribía era triste. Que nunca dejaba constancia de una palabra de aliento, de un rayo de sol, de luna, o de lámpara de salón. Me dijo que siempre escribía cosas tristes, de amores desaliñados, de olvidos inminentes, de niños descuidados que inventaban juegos de mayores. Por otro lado, me dijo que solo las personas tristes escribían cosas que valían la pena. Que los  felices escribían mierdas, que era el precio que había que pagar. Llegando pues a mi propia conclusión quería decirme que todo lo que escribía era bonito, pero a la vez la persona más triste que había conocido. Eso me hizo replantearme varias cosas, haciendo una retroinspección de mi propio ser, mi propia voluntad. Coloqué una balanza sobre la mesa: dos platillos dorados perfectamente equilibrados. Introduje un pequeño pedazo de papel por cada llanto en una de las balanzas, en la otra, un trozo por cada carcajada descontrolada.
¿Cual fue mi conclusión?
Para ser sinceros, no terminé mi experimento. Acabé riéndome de aquella gilipollez.
Al final va a ser que ganó mi risa.


sábado, 5 de noviembre de 2011

No suena ni sabe mejor.

Hoy no hablo del amor, hablo del olvido, que no suena ni sabe mejor, pero es más eficaz. Hablo de recordar que tengo que olvidarte, o de olvidarme de lo que era recordar. Que la mente juega siempre malas pasadas cuando caminas por la calle sin nada en que pensar. Dos personas se cruzan por la calle y no saben que estarían hechos el uno para el otro. Posiblemente olvidarás esa mirada, seguirás caminando y no volverás a verla nunca más. Estupideces que cometemos todos, todos los días. ¿Es que acaso alguien sabe amar? Sabemos olvidar. Sabemos olvidar que fue lo que nos hizo pararnos y observar. Solemos olvidarnos de la fecha en la que ella me miró a los ojos por primera vez o en la que se rió con una de mis tonterías después de dos horas haciendo el ganso. Olvidamos que solíamos reírnos juntos y cogernos de la mano, compartir un helado o ver una película abrazados. Y olvidamos. No nos acordamos de cuando fue cuando nos dejó de importar si íbamos o veníamos, si nos quedabamos o nos echamos a volar. Olvidar. Que verbo tan perfecto. Nada tiene que envidiar a amar. Puedes llevarte años sin amar, en cambio, olvidas cosas todos los días. Cada día un poco más. Olvidar lo que era mirar y encontrarte tumbada en el sofá, o desafiar al tiempo tomando un café a la hora del té. Olvidar lo que era tu risa estridente cuando hablabas sin parar. No recordar cómo era la arruga de su entrecejo cuando se enfadaba haciéndola rabiar. Olvidarnos de las peleas de palabras o las de almohadas, que siempre terminaban tirados en la cama. Imposible recordar los escalofríos de tu espalda cuando iba a "matar". Olvidar el sabor de tus labios, el olor de tu perfume o el sonido de tus tacones al pisar. Olvidarnos de que significa soledad, el silencio o no hablar, que para el caso ya es lo mismo. No recordamos cómo es el frío en invierno ni como se siente cuando te hacen llorar. Olvidar lo que era el peso de tu cabeza en mi espalda por las noches, y no acordarnos de las historias que inventábamos para, que irónico, olvidar. Imposible recordar que ya estamos a noviembre y hace tiempo que no estás. Olvidar que la casa está vacía, que busco tu sonrisa pintando lunas en el cielo y ninguna se asemeja lo más mínimo. Olvidamos que nuestros corazones se han congelado antes de tiempo, que a la primavera aún le falta para llegar. Olvidar que ya no rió como antes y que tu ausencia se hace dura en el sofá. Al fin y al cabo es olvidar. Contar nuestra historia entre olvidos, olvidarme de amar, olvidarme del olvido, de volverte a recordar una vez más. Ya nada tiene que envidiar olvidar a amar, ni mis historias a las que solíamos contar. Tú hablas del amor que sentimos, yo de olvidar lo que vivimos. Que más da, no volverá a ser igual mientras me olvido de olvidar que ya no estás.


martes, 1 de noviembre de 2011

Palpita el tiempo.

Palpita el tiempo y el corazón hace tic-tac.


El tiempo pasa, pasa y las manecillas del reloj hacen un ruido ensordecedor, ensordecedor que me estremece de la cabeza a los pies. El tiempo pasa, pasa y me mata, me mata literalmente, metafóricamente, estúpidamente, contiendo las lágrimas vacías en un frasco de cristal. Estoy fuera de juego, dentro del fuego, y el agua no se quiere acercar; acércate y enfríame, que calor me sobra y no lo quieres ver. Pero no puedes, porque, de nuevo, el tiempo lo impide, o quizás sea el dolor de las manecillas y el tic-tac que no deja de sonar. Que se pare, que se pare y basta ya, mucho ha pasado hasta el punto de anestesiar los sentidos indiferentes al pasado y muertos de miedo a lo que puede pasar. Porque pasan. Pasan como el tiempo, las manecillas, el tic-tac, el fuego que me quema, el juego que no sé empezar. Dónde queda el presente que llevamos esperando toda nuestra vida; a lo mejor en el frasco de cristal, en un frasco que cuando lo abras sepa a mar; o a amar, pero de eso que haces de verdad, sin pensar, con las manos atadas a la espalda, dejando que te mate literalmente, metafóricamente, estúpidamente, dejando que algo escape de tu alma, un pedazo, una porción, un fragmento, un adiós que no regresará jamás. Mas dejar de esperar el instante -de nuevo el tiempo- que te traiga el frío -de nuevo el agua- sin tenerte que importar si se rompe -de nuevo el cristal- ese trasto una vez más. -y de nuevo el corazón.- Factores indispensables, indispensables como .

domingo, 30 de octubre de 2011

Siento, luego muero.

Siento ser la chica rubia que espera sentada en un rincón alejado de la sala a que la saques a bailar. Siento que la humedad haya estropeado la ropa mal colocada que llevaba al llegar. Siento que cada día, cada mañana, me pinte una sonrisa que me veo obligada a llevar. Siento regalarte miradas furtivas con las que no quieres cargar. Siento sonreír nerviosa cuando tu mano roza la mía y se me olvida hablar. Siento mi cara de tonta cuando escucho atenta lo que no quieres contar. Siento que me mires y veas siempre los mismos ojos tristes con los que una vez te cruzaste. Siento no ser capaz de ofrecerte nada más. Siento que el corazón se me acelere cuando creo que me vas a nombrar. Siento, que cada noche, una imagen de ti se dibuje en mi cabeza. Siento no ser lo suficientemente valiente como para confesar que cada tarde paso por tu casa y no me atrevo a llamar. Siento ser tan mala actriz y que a veces alguien se de cuenta que ya no estoy en el lugar. Siento no satisfacer tus normales necesidades. Siento que cada día que pasa, esté un paso más atrás. Siento el agua salada, las manos temblorosas, los pasos titubeantes, las palabras al azar. Pero, sobretodo, siento vivir en el kilómetro cero y tener una historia que no sé narrar. Siento no ser suficiente, o no ser nada más. Siento no saber que debo mostrar. Y que debo enseñar.

Siento, luego muero. Muero, luego vivo. Vivo, luego siento.
For you.
 

sábado, 22 de octubre de 2011

Imparable; inamovible.

Y si te duelen los ojos, piensa que es culpa del sol. Y si te entran escalofríos, piensa que es culpa del frío. Y si ambas cosas se reflejan en tu cuerpo, échale la culpa al alcohol. Pero no dejes nunca que te miren extrañados cuando ríes mientras lloras o cuando la piel se te eriza cuando hablas del adiós. Porque no hay nada mejor que sentir que vas a llegar al final, que no habrá un cataclismo lunar que pare tus pies en un "nunca jamás".
Pues no habrá fuerza imparable, ni muro inamovible.


Encuéntralo.

martes, 4 de octubre de 2011

Rojo.

Todos los días, la chica sale de casa con los labios pintados de un color rojo intenso. Por eso odia los días de viento. El pelo se le mueve y se queda adherido a su boca, tan molesto. Igualmente, ella los pinta, todos los días, antes de salir de casa y se los quita al llegar. Allá donde va, todos se paran a mirar sus labios, con ese color de la pasión que no se deshace nunca. Les gusta, a todos y cada uno de los que la miran. Siempre prefectos, perfilados, e intensos. Lo curioso es que nadie se fija en que no hay una sonrisa en ellos. A menudo serios, o tristes, decaídos, mustios o cansados. Pero nadie se da cuenta. Solo el color les llama la atención. Les parece normal que ella no sonría, o, simplemente, la ausencia de esta no es notable.
Así que la chica, todos los días, sale de casa con la sonrisa pintada de un color rojo intenso.

Red Lips Are Made For Lying

viernes, 30 de septiembre de 2011

Quién.

Ella le dijo: "Déjame quererte."
Él respondió: "No puede ser:"
Ella dejó una lágrima.
Él exclamó: "Todo saldrá bien."
Ella pensó que él le mentía.
Él decidió dejarla atrás.
Ella no quería eso.
 Él lo había planeado tal cual.
Él. Ella. Ella. Él

Llámame tonto, a veces lo soy.

Ella ha sufrido por ingenua.
Él ha pecado de maldad.
Ella cuenta las historias.
Él las deja escapar.
Ella aprende solfeo.
Él no inspira piedad.
Ella vive los vientos.
Él muere en el mar.
Ella. Él. Él. Ella.


domingo, 25 de septiembre de 2011

O no.

Te quiero.
Te quiero matar.
Destrozarte la vida.

Dejarte atrás.
Hundirte en miseria.
Ponerme un disfraz.

Que olvides quién eras.
Utilizar el quizás.
No mirar al futuro.

Olvidar respirar.
Componerte en las notas.
Las que no sé tocar.

Escuchar tus silencios.
Ignorar la verdad.
Creerme un Dios.
Que no sabe luchar.

¿Verdad que te quiero?
Desperdiciar, desquiciar, destrozar.
Un vuelo de alto rango.
No le pongamos final.

Eterno suicidio del alma.
Aquella que busca saborear libertad.
Indecisa la vida que vas a llevar.
Te quiero, quizás de verdad.
 
Pero esta es la realidad.

martes, 20 de septiembre de 2011

Si tu, yo.

Ellos hablan y yo callo. El que calla otorga. A mentira ha sonado.

Siempre llega el mísero instante de la vida en la que las palabras se te atragantan y ya no sabes que decir. Tienes mucho que contar, y no sabes por donde empezar. La mejor opción que encuentras es no empezar y problema resuelto. Y ellos siguen hablando, tan felices. Tú, callas. Lo seguirás haciendo porque, a pesar de que en ciertas ocasiones te digas que las cosas puedan dar un tremendo giro, todo puede volver a cambiar, no lo harán. Porque están bien como están ahora. Todos son felices ahora, así, tal cual. Tú, bueno, tú aprenderás a ser feliz si no lo eres. De tanto comportarte como una persona feliz, sin problemas, que habla mucho, acabarás siéndolo. ¿No? Da igual, no quiero saber la verdad, quiero seguir viviendo en la ignorancia, queda más que demostrado que se vive allí mucho mejor, en esos momentos en los que no sabes nada. Luego lo pienso. Si, pienso bastante, quizás demasiado. Suelo decirme que solo es cosa de la edad, que pasa, como todo lo que nos hace daño, o nos da felicidad. Después vuelvo a pensar que eso es una forma estúpida de hacerme la madura, de creerme con experiencia, de saber lo que vendrá. Vaya mierda engañarte a ti mismo. Supongo que será que tampoco tengo a nadie a quién engañar. Demasiada gente, muy pocas personas. Solo para verte y que sonrías una vez. Solo porque te rías de una de mis tonterías, solo por no verte triste nunca más. Solo por sentirme afortunada cuando me miras, solo porque me quieras algo más. 
Ellos hablan y yo callo. El que calla otorga. A verdad ha sonado.
Había olvidado lo que eran los domingos sin nadie, que la soledad te abandonara cada noche.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Un año.

Ya se ha terminado. La dureza de las palabras se hacen constantes en la mente de todos los presentes. Al fin se ha terminado. ¿Se acaba el sufrimiento? No, ahora es otro dolor distinto, pero al menos termina uno. Un año. Un año y entonces si que todo habrá acabado. Quizás una libertad innecesaria, que asusta, pero que llega. Ni siquiera es un año, eso es solo por poner un tiempo "redondo". Nueve meses, que irónico. El mismo periodo que tarda un ser humano en formarse completamente para su nacimiento. Esto servirá definitivamente para dejar de pensar en lo que no tiene importancia.

Y aún así es probable que nada vaya a cambiar.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Ya lo sabía.

No eres más que otro niño que no sabe jugar. Pero que esperar, al fin y al cabo la vida es un juego, solo tienes que saber que cartas jugar. Yo hace tiempo que he perdido y me niego a aceptar la realidad. Mi vida acabó siendo como el póquer; hace tiempo que me quedé sin fichas, y, quizás solo por joder, llega un alma caritativa que te da una ficha más para que vuelvas a jugar, enfrentándote de nuevo al todo o nada. Una vez más de bruces contra la realidad del perdedor. Pero soy buen perdedor y acepto cuando es hora de recoger la mesa. Te aseguro, amigo mío, que ese momento es ahora. Ha llegado la hora de decir adiós, sigo con mi vida, soy buen perdedor. Solo me queda una cosa, algo tan insignificante que es capaz de cambiar el mundo.

Mándame a la mierda, que ya me se el camino.


lunes, 29 de agosto de 2011

Materia transigente.

Lo estás viendo. 
El cielo se desmorona ante tí y las nubes te saben a algodón.
Es un tacto algo especial, frío. 
No, no lo esperabas.
Todo el mundo espera que sean confortables y cálidas. 
Un sitio donde poder descansar.
Te duele. 
Siempre duele ver que las cosas no son como las pintan.
Tú lo querías todo.
Las querías cálidas y suaves.
Y son frías y efímeras, solo materia transigente.
¿A qué te suena?
Son como tú.
Ellos te quieren de tacto angelical, con un calor que irradias.
No eres distinta a esas estúpidas nubes.
Una mentira sin igual.
Pero las mentiras no serán eternas.

sábado, 27 de agosto de 2011

RAE.

La Real Academia de la lengua Española ha determinado desde siempre que los pronombres personales se enuncien de la siguiente manera:

Yo
Él / Ella
Nosotros / Nosotras
Vosotros / Vosotras
Ellos / Ellas

Supongo que nunca nadie se ha parado a pensar en  porqué esta lista sigue este orden preestablecido. Tendría sentido pensar que siguen un orden de preferencia. Para cualquier ser humano, la cosa más importante en la vida es él mismo. Está claro que si no cuidaramos de nosotros mismos no habría nada más y la lista no tendría continuación. Y he aquí la explicación de porque empieza con YO.
Es de saber común que la segunda cosa más importante que tiene el ser humano son las personas de su alrededor. TÚ es el segundo pronombre en la lista, pues sin los demás no habría relaciones. Por esta misma razón ÉL / ELLA toman el tercer puesto. Al fin y al cabo son terceras personas en nuestras vidas, quizás incluso personas que aún no conocemos y no llegamos aún a tener en cuenta como podría ser TÚ.
Y de estas relaciones sale el cuarto puesto en la lista: NOSOTROS / NOSOTRAS. Hace referencia a las relaciones que te incumben, en las que estás adentrado. Es por esto que es natural que esté por encima de VOSOTROS / VOSOTRAS; relaciones de personas cercanas, pero en las que tú no llegas a tener ni voz ni voto. Pero son de esas relaciones de las que tendrías que alegrarte, no como en las ralciones ELLOS / ELLAS, que como ya se dijo antes, son relaciones de terceras personas, de gente que aún no está en tu vida.
¿Por qué esto ahora? Porque yo personalmente creo que no es más que un fraude más. Una manera de hacer creer a los seres humanos que nuestras relaciones personales se constituyen de esta sencilla forma, cuando en realidad la mayoría saben que TÚ estará siempre por encima del YO. Que VOSOTROS será siempre más improtante que el NOSOTROS. Que YO nunca podrá compararse a la perfección del ELLA. Que ÉL es lo que siempre TÚ acabarás deseando. Y que lo que ELLOS tienen NOSOTROS nunca lo tendrá.
Quizás, y solo quizás, la lista de pronombres personales debería seguir el siguiente orden:

Ella / Él
Yo
Vosotros / vosotras
Ellos / Ellas
Nosotros / Nosotras.


Te odio tanto que podría hacerte resucitar del miedo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

159.

Por el día nos encierran en sus jaulas de cemento
y aprendemos del león.
Por las noches atrapamos corazones asfixiados
y disparos en su honor.

Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así.
Consumir, producir, la sangre cubre mi nariz.
No sé dónde quedó el rumor que nos vió nacer,
pagó la jaula al domador.

Dilatamos las pupilas en encuentros con sirenas
con las piernas de neón.
Y blasfemamos por dios, prometemos por vos.
Machacamos nuestros cuerpos prietos por un sueño de cartón.

Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así.
Disfrazar, seducir, ponerme guapo para ti.
No sé dónde quedó el rumor que nos vió nacer,
pagó la jaula al domador.

Mírame, soy feliz. Mírame, tu juego me ha dejado así.
Mírame, ¿qué hago aquí? Mírame, tu juego me ha dejado así.

No sé qué fue de aquel rumor que nos vió crecer
siendo la carne del león.

Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así.
Engañar, seducir, ponerme guapo para ti.
No sé dónde quedó el rumor,
pagó la jaula al domador.
Mírame, soy feliz. Mírame, tu juego me ha dejado así.
 
 

lunes, 15 de agosto de 2011

Fue mi última respuesta.

-Bien. Vamos a empezar. Tranquilizate, no será complicado y todo esto quedará entre nosotros, ¿de acuerdo? Nada más que nosotros. Comenzamos pues.- Él lo estaba preparando todo. Y yo allí tumbada, nada relajada para ser realistas, pero ya estaba aquí y no iba a dejarlo atrás. Seguir hacia delante era la mejor opción y no iba a arruinarla una vez más, como todas aquellas veces que me dije que saldría bien. Mentiras que yo misma cree, y yo misma creí. Así comenzó todo.
-¿Te encuentras mal?
-No.
-¿Te duele algo?
-No.
-¿Duele que se olviden de ti con esa facilidad?
-No.
-¿Te gustaría saber que pasó?
-No.
-¿Quieres a alguien?
-No.
-¿Tienes miedo?
-No.
-¿Te enfrentas a algún tipo de problema?
-No.
-¿Duermes mal?
-No.
-¿Te comunicas escasas veces?
-No.
-¿Te guardas las cosas que quisieras decir?
-No.
-¿Tienes dificultades para reir?
-No.
-¿Lloras muy seguido?
-No.
-¿Sientes la necesidad de dañarte?
-No.
-¿Tienes problemas para aclarar tus ideas?
-No.
-¿Se te encoge el corazón por acciones ajenas?
-No.
-¿Sientes animadversión por algunas personas?
-No.- Él lo había estado apuntando todo en una pequeña libreta cubierta de cuero marrón claro y una sofisticada pluma dorada. Yo no había apartado ojo de como se movía aquel aparejo al escuchar mis escuetas respuestas y él no había dejado de mirar su libreta. Parecía bastante animado al poder escribir aquellas cosas, fueran las que fueran, en su diminuto cuaderno.
-Pues parece que está todo en orden. Solo un pregunta más.- Por primera vez en toda aquella entrevista, se quitó las gafas y dirigió su mirada a mi cara hasta que nuestros ojos se encontraron momentáneamente.
-¿Has dicho la verdad?- Era su última pregunta.
-...No.-Fue también mi última respuesta.


jueves, 11 de agosto de 2011

¿Sabes qué?

Cualquier momento es perfecto si vas a decir te quiero.








Es mejor prometer un presente efímero e intenso, como puede ser un beso, a toda una vida vacía de sentimientos.

viernes, 5 de agosto de 2011

La razón se llama 'Te quiero',

-¡NO! ¡No es justo! Yo lo quiero a él.- Gritaba, pataleaba, se retorcía como si el dolor la estuviera matando, como si realmente aquello fuera el fin. El agua salada bañaba su cara dándole un brillo a sus mejillas y un aspecto de muñeca de porcelana a punto de romperse. No deberías haberse puesto así, era consciente de la situación. Pero dejó que todo aquello saliera a la luz, destruyendo todo lo que se presentara a su paso.
-Pero él no, niña estúpida. ¿Cuando lo aceptarás? ¿Cuando mirarás lo que tienes delante? Uno no, otro sí. Haz la elección correcta.- Rabia era lo que se veía en aquellos ojos que miraban amenzantes a la 'niña estúpida' con la que estaba hablando. No era estupidez lo que se había apoderado de aquella joven perdida. Más bien era...amor. Tampoco lo amaba, ella había utilizado las palabras adecuadas: 'Yo lo quiero a él.' A veces pensaba que lo necesitaba, que echaba en falta alguno de sus gestos, o que incluso ella había adquirido algunas de sus insignificantes manías. No sabía como haía sucedido, pero era esa mirada o esos tontos juegos de dos los que la había arrastrado hasta este punto. Al menos sabía que era un punto inicial, que podía salir de allí poniendo algo de empeño, con un poco de eso a lo que llamaban fuerza de voluntad. Pero no quería. Estaba bien así, incluso aunque él no la quisiera. Así estaba todo bien. Lo quería, quizás si. No lo amaba, quizás no. Todo estaba tranquilo, sin preocupaciones. 
¿Cuando apareció el problema? Nadie se había dado cuenta y apareció así, silencioso, sin llamar la atención de manera desmedida. Ella no lo había llamado, no lo entendía. O quizás si. Y hacía como que nada de esto iba con ella. Como que nada de esto le influía. Tenía la decisión tomada. Seguiría siendo así, porque así estaba todo bien. Era muy probable que nunca consiguiera nada de la persona a la que quería, pero a ella le gustaba así, no le importaba, porque aquella sonrisa era más de lo que nunca podría haber deseado. Y, para su gusto, o quizás su comodidad, todo lo demás sobraba. Todo lo demás, o quizás no.


No hay felicidad sin dolor.



-Siento que usted será algo especial para lo que tengo que hacer, aunque todavía no me doy cuenta de la razón.
-La razón se llama 'Te quiero'.

jueves, 4 de agosto de 2011

El principio es final antes de comenzar.

¿Conoces ese lugar, ese agobiante agujero que te engulle y te agobia? Ese lugar tan complejo e indefinido. Donde el día se hace noche y el principio es final antes de comenzar. Un bucle infinito era lo que contenía a aquella mente indefensa e inmadura. ¿Inmadura? Siempre iba a estar así. Saldría de allí. Lo había hecho en más de una ocasión, pero ahora era distinto. Era diferente. Más estraño. No más difícil, o quizás si. Ya no lo sabía, porque estaba una vez más en ese lugar que todos conocemos. Esa mente siempre estaba equivocada, siempre confundida y siempre sería una inmadura. ¿Y si decir adiós era la mejor opción? ¿Y si dejar que ese agujero fuera un nuevo hogar, una nueva forma de vida?
Y si, y si, y si.

Todos peleamos en una dura batalla.


domingo, 31 de julio de 2011

Será mejor que nada.

Me despertó la luz del sol a través de las cortinas y la ventana abierta, con esa suave brisa con olor a mar. Podía escuchar las olas al morir en la orilla de la playa. Alguien me llamaba desde el piso de abajo. Yo me levantaba, me ponía esa bata que apenas servía para nada pues era semi transparente y bajaba las escaleras con andares gráciles. Y allí estaba él. Siempre tan perfecto, pero siendo un desastre. Me hizo sonreír, al verlo allí, diciéndome que lo sentía, pero que no había tortitas para desayunar. A mi, solo se me ocurrió abrazarle por la espalda, dejando caer mi cabeza en su espalda.

Y será mejor que nada.


Hasta que me desperté. Abrí los ojos y seguía estado en esa mierda de piso, un cuarto sin ascensor. Por la ventana no se veían más que edificios que mataban las buenas vistas, el mar ya no se olía y el aire que entraba era cálido. Pero lo peor era que no se escuchaban las llamadas desde el piso de abajo. ¿Desde que piso de abajo? Corrí hacia la cocina, aún con la esperanza de encontrármelo allí, tan perfecto y tan desastre, diciéndome que no habrá tortitas para desayunar. Allí no había nadie. Y la botella de vino sobre la mesa seguía goteando en el suelo ese líquido tan preciado de color rojo al que me había acostumbrado desde que me dí cuenta que lo que me quedaban no eran más que sueños..

lunes, 25 de julio de 2011

La sentencia.

'Todo esto es culpa tuya.' Fueron sus últimas palabras antes de dejarme solo una vez más. Ella no compredía mis inquietudes, así que la dejé marchar sin rechistar. No buscaba nada especial. Simplemente continuar con una vida llena de sorpresas, haciendo lo que realmente deseaba. Pero no tardó mucho tiempo en llegarme el momento que más temía, ese momento que sabía que llegaría y había retrasado lo máximo posible, hasta que los muros que lo contenían se desvanecieron por una razón que no comprendo: me di cuenta de que las sorpresas que preparaba siempre habían sido para ella. Que lo que realmente deseaba era ella. Para ese instante, ya era demasiado tarde. Demasiado. Yo ya estaba sentenciado.


Entonces lloraba. Me levantaba solo y exclusivamente para volver a reconstruir los muros que se me deshacían, cada vez más rápido y con más facilidad. El tiempo se me hacía eterno. Cambiaba el mundo y yo seguía allí, parado, mirando la vida pasar, a la espera de algo inesperado. Preguntarme que estaba haciendo era algo inecesario, nada me sacaba de donde me había acabado metiendo. Y para ese entonces tenía miedo. Miedo a no volver a ver la luz del sol, miedo a la incertidumbre que manejaba mis actos, miedo a no mirar a la muerte a los ojos, miedo a tener miedo. Pero sobretodo, miedo a que todo eso durara para siempre. Si me había condenado, que fuera sentencia de muerte.

viernes, 22 de julio de 2011

Todo se cae. Pero es positivo.

'¿Cómo se vive una vida vacía? ¿Cómo se vive una vida tan llena de nada?' ~ El Secreto De Sus Ojos.

Todos tenemos esa sensación en algún momento. Tenemos la obligación de hacernos esa pregunta, por el simple hecho de necesitar una respuesta. Y tu vida se llena de nada. O esa es la sensación que tienes, porque tu vida tiene algo: preguntas. Quieres esas respuestas, pero no sabrás utilizarlas luego. De todas formas, no importa el cómo, ni siquiera el por qué.


Y si el cielo se nos cae encima, nadaremos entre las nubes.

Y gira, y gira, y gira.

jueves, 21 de julio de 2011

¿Que pasaría si...?

Si fuera más guapa.
Si el pelo me brillara más.
Si fuera más rubia, o simplemente tuviera un color defindo.
Si estuviera más delgada.
Nadie es perfecto. Yo no iba a ser una excepción.
Si no me pintara las uñas de color chillones.
Si mis ojos fueran claros.
Si me quejara menos.
Si riera más.
Si no llorara a la primera de cambio.
Si no negara lo evidente.
Si me valorara más.
Si no echara por tierra mi trabajo.
Si no fuera tan bipolar.
Si no contara verdades a medias.
Si dejara de buscar esa sonrisa.
Si fuera más cariñosa.
Si fuera más madura, o más mayor.
Si hablara más sobre lo que siento.
Si fuera más inteligente.
Si no me supiera los capitulos de los Simpsons de memoria.
Si no fuera tan torpe.
Si leyera más lento.
Si escribiera mejor.
Si no me gustara el punk, el rock o el jazz.
Si fuera optimista.
Si no me gustaran las películas paranoicas y la ciencia ficción.
Si tuviera suerte con mis proyectos.
Si soñara menos y viviera más.
Si no fuera tan cobarde.
Si se me diera bien el deporte.
Si bailara mejor.
Si no fuera tan tímida, ni tan loca.
Si me pareciera más a los demás.

Entonces no sería yo. Y sería cualquier otra persona. Tendría más suerte, sería más guapa, bailaría mejor, sería optimista y todas esas cosas que me salen mal o simplemente no me salen. Pero no sería yo. ¿Merecería la pena? Da igual, nunca lo voy a descubrir. Pero, lo poco que puedo tener, o lo poco que puedo hacer bien, me gusta, por el simple hecho de que hay otros a los que les gusta también.

Todo es bello, todo depende de los ojos que lo miren.

lunes, 18 de julio de 2011

Los préstamos de la vida.

No hacían nada especial. Estaban tumbados en el césped de aquel enorme parque de la ciudad donde vivían, con un paquete de pipas en las manos y un montoncito de cáscaras al lado.
-¿Lo amabas?- Preguntó sin que se lo esperara su acompañante, que no apartó la vista de cielo no más que un segundo para mirar de reojo.
-Más que a mi misma vida. Hasta el punto de ser mi todo.- Respondió, casi impasible, sin un tono de voz explícito. Pero había algo especial en esas palabras. ¿Quizás admiración? Quién sabe, pero lo que si sabía a ciencia cierta es que no debía preguntarlo.
-¿Y ahora qué?- Rió. Simplemente rió. Y, al final, terminó por girar la cabeza para mirarlo, sin borrar esa sonrisa, bastante característica de la joven muchacha tumbada en el césped de intenso color verde.
-Ahora ya no queda nada. Es simple. Si se lo llevan todo, no queda nada. Es así. Y así seguirá siendo mientras el mundo sea mundo.- No perdió esa sonrisa. A pesar de que estaba hablando de que lo había perdido todo. ¿No era eso doloroso? ¿Por qué no dejaba esa sonrisa al lado?

Miénteles a todos, excepto a tí.

-¿Cuando te vas a curar?- Carcajada al canto. Él cada vez entendía menos, no sabía como podía reirse de su 'desgracia'. Sabía que le dolía, la había visto llorar cuando creía que nadie la veía, cuando dejaba de sonreir, de mentirle a todos. Él pensaba que tenía que estar cansada de estar mintiendo continuamente. No, no lo pensaba. Le había visto esos ojos de cansancio alguna que otra vez y la había escuchado susurrar, casi en un silencio sonoro ese: ya no puedo más. Pero siempre, siempre que alguien llegaba, ahí estaba de nuevo, esa espléndida sonrisa, esas carcajadas, esa luz en los ojos.
-Nunca. Las cicatrices serán las únicas que me recuerden que fue real.- Le tomó el brazo y lo acarició con la llema de sus dedos. A él le hacía cosquillas y sonreía cuando eso pasaba. A ella eso lo gustaba.
-¿Significa eso que nunca más volverás a amar?- Ella volvió a mirarlo de reojo. Intentaría explicárselo de una manera sencilla y sin preocupaciones.
-Nos llevamos toda nuestra vida haciendo préstamos. Yo se lo dí todo a él, le dí demasiado, pero fue un error hermoso. Pero no me lo ha devuelto, es un préstamo en el que perdí mucho. Aún me queda la esperanza de que pase lo contrario.- Una corriente eléctrica le recorrió la columna debido al tacto de las yemas de los dedos de ella en su antebrazo.
-¿A qué te refieres con lo contrario? Él no volverá para devolvértelo, seamos realistas.- Ella volvió a reírse.
-Claro que no volverá. Pero no es él el que tiene que hacerme el préstamo. Es otra persona. Otra persona que me empiece a dar algo, algo que yo guardaré y volveré a tener eso que antes podía dar. Y volveré a amar. Es sencillo.- Ella le sonrió, incorporándose un poco sobre la mullida manta de césped.
-No lo entiendo.- Puso cara triste, de esas de los dibujos animados, dejándo que después se le escapara una sonrisa. Esa sonrisa que solía dedicarle a ella.
-Lo entenderás cuando seas mayor.- Sonriente, lo miró a los ojos. Se acercó a él y cerró la conversación con un suave beso sobre sus labios.

martes, 12 de julio de 2011

Vivir viviendo.

Vivir viajando. Vivir viviendo.
Viajar a Inglaterra, y quedarse hasta hablar fluido el inglés.
Irse a Argentina, y quedarse lo suficiente para que se te pegue el acento.
Volar a Japón, y estar hasta aprender su cultura.
Viajar a Italia, solo hasta aprender a cocinar la pasta 'al dente'.
Irse a Grecia, y quedarse lo suficiente como para apreciar las ruinas.
Volar a Alemania, y permanecer hasta aprender su educación.
Irse a Australia, y estar hasta ver canguros saltando.
Volar a Rusia, y quedarse hasta pasar un invierno helado.
Viajar a África, solo hasta hacer a un niño feliz.
Irse a Brasil, y permanecer hasta aprender a bailar.
Volar a Noruega, solo hasta bañarme en los fiordos.
Viajar a EEUU, y estar hasta ver las ciudades que nunca duermen.


Y, después de todo, ser ciudadano del mundo. Completa vida es la que quiero vivir.
Permanecer en esta vida hasta ser feliz.

lunes, 4 de julio de 2011

No diré que es amor.

Si pienso con la cabeza todo lo veo negro,
con la cabeza todo es demasiado serio;
pienso con la cabeza y la suerte me hace un quiebro.
Voy a tener que pensar con el cerebro.
Si pienso con la cabeza todo lo veo negro,
con la cabeza todo es demasiado serio;
pienso con la cabeza y la suerte me hace un quiebro.
Voy a tener que pensar que...


Soy los renglones más torcidos en el diario de una puta.
La última aceituna que por verguenza ni la disputan,
o eso quiero pensar; pá evitar las depresiones.
Sólo busco razones para dejar de razonar.
Yo sé mentir muy bien, pero sólo a los demás.
Mis dan igual, dicen que el amor es ciego,
luego voy a beber más, mandaré todo a la mierda.
Sólo fumaré los cigarrillos que ella encienda.


Sí, soy más feo que un perro 
aunque también mucho más perro.
Acércate mujer que vas a volverme cuerdo,
viajaré veinte mil leguas sólo si eso te sonroja,
sólo si al llegar tu lengua me hiciese de alfombra roja.


Y me propuse odiarte, pero fué otro fracaso,
era la única forma de tenerte sólo a un paso;
por un beso hice el capullo y recibí una bofetada,
no sé porque el orgullo me duele más que la cara.


Words. Nobody knows their true meaning.


Yo soy un Peter Pan que no quiere hacerse viejo,
porque aún no tengo a nadie que me coma los complejos,
la mamada de mi vida casi me cuesta un amigo,
la única herida que cicatriza es la del ombligo.
Así que dame alcohol, vaya a ser que se me infecte,
porque no es felíz con que sólo porque yo lo intente.


No me canso de ser su perra sumisa,
de hacer dos horas el ganso a cambio de una sonrisa.

Seguirías siendo un encanto aunque fueses la más fea.
Perdóname que sea un ateo de tres al cuarto,
la semilla de la fe plantaron en mi cabeza;
pero no quería crecer por más que me cagara en ella.


No es mí culpa, no. Yo pongo de mi parte;
si me voy sin despedirme como los buenos amantes.
Es vergüenza, si. Poder aspirarte.

Perdón quise decir: poder aspirar a ti.
Besarte con frenesí, mirarte horas en silencio;
lo que tanto odio de ti pero tanto echo de menos
es recibir una de cal por cada mil de arena.
Pero da igual, porque merece la pena.


Esperar tu querer, ¿quién coño quiere ser tu amigo?
no busco en la madurez excusas para ser aburrido,
diez motivos para odiarme, sólo ese para quererme
Pruébame, o no sabrás lo que no te pierdes. ~

miércoles, 29 de junio de 2011

Palomitas con mantequilla.

No es muy tarde, el sol aún alumbra la ciudad de una forma tenue, con una luz de semejanza anaranjada. Aún así ella ya estaba en casa, con esa ropa tres o cuatro tallas más grande de lo que necesitaba, pero le daban comodidad y la reconfortaban. En el microondas, la bolsa con las palomitas se escucha. PLOP. PLOP. PLOP.

Es un estallido sucesivo. Mira la ventana del electrodoméstico como si se tratara de la televisión, casi como si fuera entretenido. Hace bastante calor, aunque si que es cierto que la tarde refrescó, será por eso que lleva el pelo recogido de una forma poco cuidada, con un pelo para cada lado, pero que le hacen una cara graciosa, incluso algo infantil. A veces se para a pensar si la soledad no le hace estragos. Sonríe con esas ideas, es demasiado joven como para preocuparse por eso. Llaman a la puerta suavemente, y ella, grácilmente, se dirige hasta el portón principal. Abre sin preguntar, sin mirar por la mirilla. No hay nadie y solo la brisa del verano se abre paso, entrando sin permiso. Mira a los lados, por si alguien se escondió, pero no, ciertamente la calle está desierta a estas horas. Que raro. Pero no le dio importancia, pues el microondas la llamaba para que recogiera sus palomitas con mantequilla, listas para tomar. Cierra una vez más la puerta y saca la bolsa del aparato, la abre y echa su contenido en un enorme bol amarillo. Hora de irse al salón, a poner esa peli que tantas ganas tiene de ver. Oh, pero que no se le olvide la bebida, porque sabe que luego le dará sed. Ya lo tiene todo preparado. Pulsa el botón del PLAY y comienza la música del principio.

La esperanza no es lo último que se pierde.

En realidad, no le gustan demasiado las palomitas. Se cansa muy rápido de ellas, solo se come unas pocas y deja el cuenco casi entero, sin apenas diferencia de como estaba antes de comenzar. Pero la película la entretiene, no está nada mal. Quién sabe si se convertirá en uno de sus largometrajes preferido, le suele pasar. Se enamora de lo que ve y se siente bien con ella. Se ríe con una de las escenas, aunque es triste. Toda parte triste tiene su toque de humor, es lo último que se pierde. ¿Quién dijo que era la esperanza? El humor. Que no es lo mismo que las ganas de reírse. El humor siempre está con nosotros. Habrá algo, en algún lugar, que te haga sonreír mínimamente, aunque creas que toda esperanza voló hacia un lugar mejor, tu estarás allí, riéndote. Mientras tanto, la chica ha dejado de comer palomitas, se ha cansado de nuevo, perdió el interés por estas. Otra vez.

miércoles, 22 de junio de 2011

Y es por eso que su alma llora.


Ella escucha. Asiente con la cabeza. Le alivia saber que no la ve. Porque llora. Sigue hablando, diciendo todo lo que siente, todo lo que piensa, todo lo que se le pasa por la cabeza que lo tortura poco a poco. Ella escucha. Habla solo cuando se lo pide. Controla su voz al hablar. Disimula bastante bien. Solo tiene palabras de agradecimiento para ella. La quiere. Ella también lo quiere. Para su desgracia. Porque este no era el plan. No era esto lo que debía suceder, no así. No ahora. Todo esto, ¿para qué? Mentiría si dijera que se siente mejor. Ella también se tortura. Le duele hablar. Dice cosas que le dañan, que la destruyen. Pero, que por un mal juego del destino, son ciertas. Esa es la realidad. No lo que ella ve en sueños. Es demasiado bonito allí. Esta es la cruda realidad. Y así están las cosas. Le guste o no. Respira hondo. No sirve de nada. Bueno, al menos se mantiene con vida un minuto más. Lo suficiente como para volver a escucharlo. Le basta el sonido de su voz. Aunque lo que diga le resulte como veneno para su sangre. Ha visto algo en él que puede que la mate. Él nunca lo sabrá. No puede descifrar sus pensamientos...




domingo, 19 de junio de 2011

Admítelo. Nunca.

-¿Por qué crees que no lo admite?
+Yo creo que si que lo admite. Se lo admite a ella misma. Pero a nadie más, no quiere que nadie lo sepa.
-¿Y por qué no? Lo que siente es muy bonito.
+Las cosas a veces son muy complejas.
-Pues no lo entiendo. Yo lo gritaría a los cuatro vientos, que todos lo sepan.
+Pero, bendita inocencia. Eso cambiaría las cosas de nuevo. Un giro de ciento ochenta grados una vez más.
-¿Y no es eso lo que quiere?
+Si, si es eso lo que quiere, pero...
-¿Pero qué?
+¡Pero!...Pero si lo dijera, no sería ese tipo de giro el que daría. Lo daría en sentido negativo.
-¿Cómo lo sabes?
+No lo sé, lo intuyo.
-Pues yo intuyo lo contrario. ¿Ahora qué?
+Que no has tenido en cuenta todos los factores.
-¿Pero que factores?
+La vida misma.
-Es cierto. Lo olvidé. Pero no por ello cambiaré de opinión.
+Iluso.
-Negativo.


Aún te queda el cielo. Lo que hay fuera.


La lucha interna de tus intenciones, de tus sentimientos, de tu propio cerebro, de tus creencias, tu ilusiones. Todas esas luchas serían más o menos así se pudieras escucharlas con total nitidez. Al final, como tu mismo, nunca llegan a un acuerdo. Nunca te dan una solución. Nada coherente. Solo te queda esperar a ver quién mata a quién primero.

viernes, 17 de junio de 2011

Por un momento, dejé de ser yo.

Hoy, he visto 3530 fotografías. Ella es tan hermosa. Su pelo, su sonrisa, sus ojos, su cuerpo hacen de ella alguien perfecto. Estaba tan sumida en mis pensamientos, en ella, que por unos instantes olvidé quién era yo. Olvidé quién era yo para pasar a ser ella. Sonreía, ahora eran mis fotos, era yo la chica perfecta, la que sonreía y tenía esos ojos capaces de alumbrar una avenida entera. Eran tan guapa.

No sé por qué estúpida razón me levanté, aún con ese aire de superioridad que me daba ser ella, de ser deslumbrante. Y no sé que otra estúpida broma del destino puso al espejo al fondo del pasillo. No, otra vez no. Allí estaba de nuevo. Esos ojos oscuros, ese pelo sin brillo, esa sonrisa vacía, ese cuerpo...deforme. De nuevo yo. ¿Recuerdas el sonido de un vaso estrellándose contra el suelo? ¿Si? Ese mismo es el que hizo mi ilusión, mi autoestima, mi propio ego, mi amor propio. Por esa simple razón que había sido siempre tan obvia: yo no era ella.


"Estás gorda. Así nunca nadie se querrá ni acercar a ti. Mírate. Mírate la cara, ¿dónde estabas el día que repartieron la belleza? Porque te has quedado sin ninguna. Hay mujeres que pintándose lo disimulan fantásticamente. Pero es que tú...ni eso. No se puede esconder a un monstruo bajo la apariencia de una princesa. Aprende de los refranes de la abuela: aunque mona se vista de seda, mona se queda. Y tu fuiste, eres y serás fea, gorda y horrible."


Resulta que el angelito bueno no había venido hoy, se le había olvidado o se había pasado al lado malo. No, el malo no. El de verdad. Me quité la camiseta, y volví a mirarme al espejo. Horrible, degradante, espeluznante. Cómo puedo ir así por la vida y que no me de vergüenza. Las personas como yo deberían estar encerradas, sin volver a ver la luz del sol. Es demasiado bella para ellas. Pero que digo. No hay nadie tan horrendo como yo. Soy única en mi especie, un alivio.

...Hoy, por un momento he pensando que era ella, que era hermosa, guapa, esplendorosa. Hasta que hablé contigo, e hiciste que me olvidara del resto de la historia, que me alegrara de ser yo por estar riéndome contigo, solo porque me llamaras bonita. Y solo con eso me convertí, quizás no en la mujer más guapa, pero si en la más afortunada.


Like a flower in Spring.


P.S: Dedicado a todas las personas que se infravaloran, que tienen trastornos alimenticios, o simplemente, no se sienten necesarios en el mundo. Todos tenemos algo inigualable que enseñarle a la vida. You're fucking perfect to me. 

miércoles, 15 de junio de 2011

Punto y aparte.

Todo lo que escribo sobre el amor siempre acaban llenándose de pequeñas manchas moteadas de agua salada. Siempre acaba con esa respiración entrecortada, llena de hipidos y pequeños quejidos, mientras la tinta sigue manchando el papel con trazos ilegibles, que después nadie leerá. Será porque cuando un día pregunté '¿Me quieres?', respondieron 'Muerta'. A veces, esas letras, que parecen bailar por el papel, se notan hundidas. La rabia de los momentos en los que escribía las pintaron así. Todos mis escritos acababan con dolor, con un grito ahogado por el que dirán. Por un llanto silencioso por lo que ya han dicho. Nunca pensé que las palabras pudieran atravesarte como puñales, uno a uno. Pero, lo que realmente nunca pensé es que yo sería capaz de soportarlo, y no quejarme ante el dolor. 

Todo lo que escribo sobre el amor siempre sale mal. Alguno de ellos sale mal parado, la esperanza se les escapó de entre los dedos y encuentran en la muerte de su corazón la solución definitiva. Lo curiosos es que uno siempre acaba ganando la partida y otro se retira porque ya no sabe jugar a lo que los restos le dejaron. Nadie me explicó que el amor era así. Pero yo no me voy a retirar. Porque lo que si me han dicho es que hay muchas formas de jugar. No se pararon a escuchar la mía, pero todavía puedo tener la esperanza de alguien dispuesto a empezar una nueva partida.

Todo lo que escribo sobre el amor siempre acaban llenándose de pequeñas manchas moteadas de agua salada. O era así hasta que te conocí y decidí empezar a poner de nuevo las cartas sobre la mesa. Será porque me has enseñado una nueva forma de jugar. De ponerle punto y aparte a una historia que no tendrá final.

Primero te ignorarán. Luego se reirán de ti. Después te atacarán.
Entonces ganas ~

martes, 14 de junio de 2011

Abre los ojos.

No esperaban verse allí.
Dreams can be true.
Para ser exactos, no se esperaban. 
No esperaban nada, para concretar más aún. 
La brisa era suave. 
Anunciaba el comienzo del verano.
Y el silencio invadía el terreno.
No tenían nada que decirse. 
Sus miradas lo decían todo. 
Ninguno de los dos eran felices. 
Pero se miraban a los ojos sin que el paisaje los distrajera.
No les dolía estar allí.
Aunque ambos sufrían, no eran el uno por el otro.
De hecho solían consolarse mutuamente.
Lástima que ahora ella no pueda mirarlo igual.
El viento le movía el pelo, lo suficiente para despeinarla.
Él se lo coloca de nuevo en su sitio.
Sonríe tímida mientras lo mira de reojo.
A él le hace gracia.
Le pregunta por qué es tan bonita.
Ella se ruboriza mientras coge su mano.
Lo quiere bastante.
El amor es una bendición para aquellos que tienen el lujo de recibirlo.
Por esa misma razón, él era afortunado.
Le dice que es maravillosa.
Le besa en la frente mientras ella sonríe.
Aún no ha soltado su mano.
Vuelven a mirarse a los ojos.
Está decidida.
Lo va a besar.
...
Despierta.
Ella no es afortunada.
Aún no.
Pero sueña, y piensa: ¿Por qué no?

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...