miércoles, 14 de diciembre de 2011

En el País de las Maravillas.

Ella me dijo que si nunca me hubiera conocido, se hubiera enamorado de mi. Que cada palabra que soltaba era cautivadora, mi humor inteligente, y su risa llenaba la sala en la que se encontrara siempre que hablara conmigo. Todo era tan maravilloso, que no era nada vergonzoso, que me desparpajo la abrumaba, que no me quedaba callado con nada, siempre tenía salida para todo, contestación para cualquier situación. Era valiente, honesto o sincero, que nunca tuvo la diferencia clara. Mis conversaciones animadas, nunca podrían ser olvidadas, que gustaban, finalmente, enamoraba. Todo eso si no me hubiera conocido. Que la verdad era decepción aumentada, que no era lo que ella esperaba. Ya no hablo de la apariencia, sino de mi yo frente al mundo, "Alicia a través del cristal". Aunque como explicar que siempre le dije la verdad, que lo que veía antes era lo que había. Pero tanto me cuesta enfrentarme a ella como al mundo en general. Así que la dejé marchar sin explicar nada, jugué como nunca; perdí como siempre. Si no me hubiera conocido. Lo estuve pensando de vuelta a casa, semanas más tarde, años atrás. Ahora me da igual. Si dijo eso, es que se llegó a enamorar del verdadero yo, lo que podía dar y no quiso esperar. Entonces, ¿sería culpa mía o del cristal? Quizás de ella, que no supo mirar a través de este y ver a Alicia en el País de Nunca Jamás.

¿Cuanta gente se ha podido enamorar de una falsa realidad?



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