domingo, 21 de octubre de 2012

Mi vida sin mi.

De ilusiones no se vive, cielo. Me lo acaban de decir. Yo, contigo, y tú, sin mi. Un sintigo que nos dura demasiado ya. Que he encontrado mil formas de como no hacerlo y con todas me han entrado ganas de llorar. Que si David venció a Goliat con una piedra, que venga y me lo diga, porque yo sería incapaz. De hecho, aquí estoy, con el corazón ardiendo y los pies helados buscando la manera de triunfar; pero si no hablamos de esto nunca, prefiero no sacar el tema nunca más. Y si me buscas, la segunda estrella a la derecha, todo recto hasta mi hogar. Que de ilusiones no se vive, me lo acaban de contar. Si es para contar contigo, te multiplicaré por cero, como haría Bart. Y sumo y sigo, y poco más. No se pierden los colores en el viento, ¿o eso lo dijo Mulán? Pocahontas, perdona, a ti también te quise olvidar. Como todo lo que me pasa, y lo que me deja de pasar. Pero tranquilos, que no cunda el pánico; soy la lista y no la guapa, y por eso me podría salvar.

Y la sonrisa siempre como la de Mona Lisa.

Odiaba cuando mis padres me canturreaban el yo, mi, me, conmigo y hoy está muy lejos de hacerse realidad. Mas, oh, cuanto lo desearía. Mi vida ya no es vida si la vivo sin mi. Ahora la vivo por otros, otros que no son yo. Tampoco tú. O me obligo a decírmelo con cada luz del día, mintiendo cada mañana, para seguir aquí, restando un día, sumando un mal. Fue más cómodo engañarse, cielo, y volverse a conocer es demasiado para dos desconocidos que se conocen muy bien.

lunes, 15 de octubre de 2012

Ni las intenciones.

Otra vez en el punto de partida, caminando sobre la cuerda floja, recordándome a cada segundo quién soy y todo por tu culpa. Me recuerdo que no me parezco a ella, que yo soy rubia aunque me odie y que a pesar de que me tiño el pelo, el dorado renace una vez más. Que a mi me gustan las uñas largas aunque se me partan y los labios de colores que llamen a tocarlos. Si te apartas cuando me acerco me parece más lógico tu huida y no que no te hagas de rogar; y con tanta cosa inexplicable no se puede trabajar. Tantas veces preguntándome cuanto tiempo se necesita para olvidar a otro; bastaría con unas cuantas vidas, una medida más que razonable.

"Otro puto beso en la mejilla me declara incompatible con tu vida."
Y el agua que corre, y el tiempo que sigue, y el amor que aflora. Y yo recordándome quién soy para no perderme por completo, que ya tengo suficiente con perderme con tus risas. Me conformo solo con mirarnos, tampoco tengo otro remedio si ellas me llevan y tú no me das más. Mientras tanto yo no sé ni lo que quiero, pero otro puto beso en la mejilla me declara incompatible con tu vida. Sigo a la espera de algo que no llega, o a que algo se vaya. Quizás a que se me acabe el tiempo, a que el agua se estanque o a que se pudra el amor, pues no es más que otra cursilada sensiblera. Es triste reconocer que pase lo que pase, que si la nada se acerca, o el todo se aleja, permaneceré aquí. ¿Adónde podría ir si no es contigo?

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...