lunes, 15 de octubre de 2012

Ni las intenciones.

Otra vez en el punto de partida, caminando sobre la cuerda floja, recordándome a cada segundo quién soy y todo por tu culpa. Me recuerdo que no me parezco a ella, que yo soy rubia aunque me odie y que a pesar de que me tiño el pelo, el dorado renace una vez más. Que a mi me gustan las uñas largas aunque se me partan y los labios de colores que llamen a tocarlos. Si te apartas cuando me acerco me parece más lógico tu huida y no que no te hagas de rogar; y con tanta cosa inexplicable no se puede trabajar. Tantas veces preguntándome cuanto tiempo se necesita para olvidar a otro; bastaría con unas cuantas vidas, una medida más que razonable.

"Otro puto beso en la mejilla me declara incompatible con tu vida."
Y el agua que corre, y el tiempo que sigue, y el amor que aflora. Y yo recordándome quién soy para no perderme por completo, que ya tengo suficiente con perderme con tus risas. Me conformo solo con mirarnos, tampoco tengo otro remedio si ellas me llevan y tú no me das más. Mientras tanto yo no sé ni lo que quiero, pero otro puto beso en la mejilla me declara incompatible con tu vida. Sigo a la espera de algo que no llega, o a que algo se vaya. Quizás a que se me acabe el tiempo, a que el agua se estanque o a que se pudra el amor, pues no es más que otra cursilada sensiblera. Es triste reconocer que pase lo que pase, que si la nada se acerca, o el todo se aleja, permaneceré aquí. ¿Adónde podría ir si no es contigo?

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