viernes, 31 de mayo de 2013

Remedio y enfermedad.


¿El problema?
Que no eras lo que buscaba y te encontré.
Que no eras mi persona y aún así te quise.
Creí no ser como el resto,
y lo fui.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Puntos a rayas.

Hoy soy campeón en peligro de extinción; héroe con fecha de caducidad; capitán de situaciones que nunca ocurrirán. Dejé de escribir por no pensar, dejé de pensar por no sentir. Pero hace tanto que dejé de odiar a todo aquel que tenía lo que yo quería que no fui consciente de que me perdía. Y ahora que me quiero querer, no puedo odiarte por tenerme atrapado entre los poros de tu piel, entre tus estruendosas risas al anochecer, entre miradas a un punto fijo que no esconde nada. Cuando quise darme cuenta mataría por ser punto cuando yo era raya. Ni siquiera en línea recta, mas bien toda doblada. Pero a base de ser un campeón, un héroe de nada, me hice punto a rayas. Armado de valor dibujé mi nombre en tus carcajadas, marqué tu piel con caricias mal contadas y tú no me quisiste nada. Se aceleró mi corazón con cada paso, y mentiría si dijera que se me partió la ilusión con cada abrazo. Tuve la esperanza entre mis dedos antes de escuchar mi trompazo contra el suelo. No te culpo, fui yo quien se dejó llevar por la perfección de los puntos a los que mirabas; no te culpo, yo tampoco querría a un punto a rayas. Pero cuando te diste la vuelta, pude vislumbrar que tu también fuiste raya en una ocasión, que tu fuiste como yo. Entonces te odio, porque me has hecho tú sin quererme nada. Y mientras te odio continúo sentado esperando a que vuelvas y me entregues el tiempo que invertí en ti, en dejar de ser raya, en intentar deshacerme del placer por tu mirada.


Pero soy todo un campeón. Quiero quererte y mírame, aquí.
Mintiendo.

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...