viernes, 29 de junio de 2012

Todo esto.

Todo esto. Toda esta mierda era la que no buscabas y encontraste; ya me entiendes. Es de esas cosas que evitabas, que te echan hacia atrás cuando vas a saborearlas porque recuerdas la manzana envenenada que acabó con Blancanieves. Todo esto es como aquella vez que jugaste al escondite con los colegas y tú eras el que más tiempo aguantaba; el miedo, la adrenalina, las ganas de salir vencedor. Toda aquella mezcla de sentidos, que no sentimientos. Todo esto se escapa de las manos a los que amamos tenerlo todo controlado más que nada. Y ese amor se deteriora cuando ves que todo corre a sus anchas por los enormes campos de tu mente. Cómo mandarlos a callar. Cómo mandarlos a su sitio. Cómo decirles que tranquilos. Todo esto es demasiado asqueroso como para seguir utilizando eso de "todo saldrá bien" y más cuando todos lo utilizamos cuando las cosas no van como deberían. Todo esto es un gran comienzo complicado, de esos que siempre he buscado para probar mi propia voluntad. Pero no, esto no es como prometer que te llevarás un par de meses sin comer chocolate. Eso es voluntad. Decir que esto lo sacaré por esos cojones que no tengo es hablar demasiado, es animar lo que está desfalleciendo. Pero lo digo. Y lo que digo, lo hago; todo esto no se queda solo en palabras mal pensadas. Todo esto es solo cuestión de moi.

Olvídate de la princesa; habrá que ser el lobo.

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...