viernes, 30 de diciembre de 2011

Decisiones, aciertos, futuro.

Hoy, a punto de que acabe este dos mil once, la que hable en esta entrada, quiero ser yo, la que se sienta a escribir cada palabra detrás de una pantalla, no ninguno de mis ficticios personajes que me ayudan a expresarme, o a decir lo que no me atrevo. Lo más seguro es que esta sea la última entrada de este año. Un año que comenzó siendo feliz y acabó cayendo en un abismo. Abismo que queda en el pasado y que nos volvió a todos un poco más insensibles. No, dije que hoy hablaría yo. Este año me ha vuelto un poco más insensible, quizás también más inestable, menos receptiva. Un verano lleno de sonrisas, de sorpresas, de gente a la que no esperaba. De declaraciones de amor que fueron verdaderas, o no. Pero que ya tampoco importan, porque el tiempo fue avanzando, y, como siempre, aprendí quién estaba y quién no; con quién podía contar cuando el llanto me podía y a quién llamar cuando el cuerpo me pedía bailar. Quizás ahora me arrepiento, quizás me de cuenta de los fallos, pero ya nada puedo cambiar. Mis decisiones marcaron mi camino, y, gracias a lo que sea que me llevó a elegir, hoy soy feliz. Creo. Esperaba terminar este año de forma estelar, o empezar el nuevo, o ambas cosas. Pero, como ya dije, las decisiones que tomamos marcan nuestro futuro, que cometemos errores, y que yo me volví más insensible. Un error más, solo será un añadido en una larga lista.  

FELIZ NUEVO AÑO.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

En el País de las Maravillas.

Ella me dijo que si nunca me hubiera conocido, se hubiera enamorado de mi. Que cada palabra que soltaba era cautivadora, mi humor inteligente, y su risa llenaba la sala en la que se encontrara siempre que hablara conmigo. Todo era tan maravilloso, que no era nada vergonzoso, que me desparpajo la abrumaba, que no me quedaba callado con nada, siempre tenía salida para todo, contestación para cualquier situación. Era valiente, honesto o sincero, que nunca tuvo la diferencia clara. Mis conversaciones animadas, nunca podrían ser olvidadas, que gustaban, finalmente, enamoraba. Todo eso si no me hubiera conocido. Que la verdad era decepción aumentada, que no era lo que ella esperaba. Ya no hablo de la apariencia, sino de mi yo frente al mundo, "Alicia a través del cristal". Aunque como explicar que siempre le dije la verdad, que lo que veía antes era lo que había. Pero tanto me cuesta enfrentarme a ella como al mundo en general. Así que la dejé marchar sin explicar nada, jugué como nunca; perdí como siempre. Si no me hubiera conocido. Lo estuve pensando de vuelta a casa, semanas más tarde, años atrás. Ahora me da igual. Si dijo eso, es que se llegó a enamorar del verdadero yo, lo que podía dar y no quiso esperar. Entonces, ¿sería culpa mía o del cristal? Quizás de ella, que no supo mirar a través de este y ver a Alicia en el País de Nunca Jamás.

¿Cuanta gente se ha podido enamorar de una falsa realidad?



sábado, 10 de diciembre de 2011

No sabemos.

Ven al final del fin con nosotros;
un lugar lejos de aquí y todos locos.
Pero tú, tú ya lo tienes todo.
Qué puedes pedir, si tú ya lo tienes todo.


viernes, 2 de diciembre de 2011

Historias paganas.

Hoy me asaltan los recuerdos de una noche de verano, donde el agua del mar y la luz lunar bañaban nuestras manos. Hoy me asaltan los recuerdos de una tarde lluviosa, donde se escondieron las ganas de mirar las mariposas, voladoras desesperadas. Hoy me asalta una vida ya pasada, un presente no vivido, un futuro incierto debido a un tiempo desierto con la furia ciega que tenemos los humanos.

Hoy me asaltaron los recuerdos del pasado, de una luz opaca y una pared transparente por lo que podía ver mi muerte. Venía vestida de rojo, con una sonrisa en su cara. Farsante descuidada. Ya no sabe lo que siente, solo lo presiente; sustentando su propia existencia con leyendas y cuentos lejanos. Cuentos paganos, de esos que exponen a la muerte como la mejor de las patrañas. Desengañan creencias instauradas, madres de futuros de esperanza, de vidas desnatadas.

Hoy me asaltan los recuerdos de un pasado que no es mío, de un presente al que no lloro, de un futuro remoto. Quizás la vida merece ser vivida con los ojos cerrados, sin esperar al de rojo, que ya vendrá despreocupado. Hoy me asaltan los recuerdos de una noche de verano, donde el cielo era tierra, y el suelo, lejano.

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...