sábado, 13 de septiembre de 2014

She. I. We.

Me gusta. Me gusta verla llegar hasta mi lado con un tazón de fideos chinos de nombre impronunciable que ella dice que le encantan. Me gusta su moño mal recogido que ella dice que no aguanta. Me gusta como cruza las piernas en el sofá sin dejar caer la espalda. Me gusta la manera que tiene de acariciar al gato que ella dice que es para que lo sienta. Me gusta la manera en la que me mira con sus ojos negros que ella dice que no son bonitos. Me gusta la manera que tiene de preguntarme qué miro aunque aún tenga la boca llena. Me gusta la manera en la que el carmín no termina de desaparecer de sus labios. Me gusta que odie el café por las mañanas. Me gusta que odie la cerveza mientras come. Me gusta que haya cosas que no me gusten de ella porque la hacen real, auténtica y libre. Me gusta ella y me gusto yo siendo con ella.  

Me gusta su manera de mandarme lejos para luego venir a buscarme.

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...