domingo, 30 de noviembre de 2014

Como el cerezo cuando pasa la estación.

Es curioso todo aquello a lo que llamamos "cambio". Todo aquello que he perdido, todo aquello que he ganado, todo aquello que jamás tendré y siempre quise; eso es el cambio. Cambio de forma, de estado, de necesidad latente en el pecho, que antes me hacía buscarte y ya no. Porque he cambiado. He buscado otros colores, otros olores, otros abrazos. Y entre unos brazos he encontrado el calor para el hielo, la fuerza para unir los pedazos. Y todo se lo debo al cambio. Al día que decidí que no estabas, que nunca estabas. Que no ibas a estar. Ahora agradezco las cosas que no dabas, las que me hicieron cambiar; sonrío a otras cosas, a otras miradas. Yo sí creo que las personas cambian, no creo en el universo estático. No creo que me quisieras toda la vida esperándote. Aunque podría haberlo hecho.


Por eso cambié.

Jamás duró una flor dos primaveras.

sábado, 13 de septiembre de 2014

She. I. We.

Me gusta. Me gusta verla llegar hasta mi lado con un tazón de fideos chinos de nombre impronunciable que ella dice que le encantan. Me gusta su moño mal recogido que ella dice que no aguanta. Me gusta como cruza las piernas en el sofá sin dejar caer la espalda. Me gusta la manera que tiene de acariciar al gato que ella dice que es para que lo sienta. Me gusta la manera en la que me mira con sus ojos negros que ella dice que no son bonitos. Me gusta la manera que tiene de preguntarme qué miro aunque aún tenga la boca llena. Me gusta la manera en la que el carmín no termina de desaparecer de sus labios. Me gusta que odie el café por las mañanas. Me gusta que odie la cerveza mientras come. Me gusta que haya cosas que no me gusten de ella porque la hacen real, auténtica y libre. Me gusta ella y me gusto yo siendo con ella.  

Me gusta su manera de mandarme lejos para luego venir a buscarme.

lunes, 25 de agosto de 2014

Vuela.

Odio el viento. Odio la manera que tiene de mover las hojas de los árboles, de hacer ruido contra mi ventana, de levantar la ropa. Odio la manera en la que me enreda el pelo y en la que levanta el polvo del suelo. Odio su capacidad para llevarse los recuerdos que siempre he querido conservar y de la forma tan espectacular de dejarme las pesadillas que más me aterran. Odio el viento, que se cree dueño y señor de toda rendija abierta y de todo hueco por el que pueda entrar. A mi me retumba en el cerebro, haciéndome daño, obligándome a pensar. Recordándome que no se llevará mis miedos. Esa capacidad que tiene el viento de dejar lo que nadie quiere encontrar. Odio el viento y te odio a ti, con esa capacidad que tuviste para dejarme con todo con lo que no quería cargar.

El viento no es tan malo después de todo.

miércoles, 16 de julio de 2014

Birds.

Vuelve a escribir, dijeron. Que lo haces muy bien, que las letras tocan el alma, que el escalofrío llega hasta los pies. Y, aunque sobraba decir que exageraron, nunca les supe explicar que es el pájaro herido es el que mejor canta, y el enjaulado el que más ganas tiene de piar. Hay cosas que sólo haces bien si duelen y yo elegí que esta fuera una de ellas, que no escribiría hasta que no me sangraran las letras, que no soltaría palabras si no lo pedían de verdad. Y que nada me volvería a doler tanto como para volver a cantar. Y mirad...

Quizás yo tengo un pájaro dañado por corazón.

martes, 15 de abril de 2014

Shout. Shoot.

Hacía ya mucho que no soltaba un suspiro.
Un suspiro de estos, escritos.
¿Y acaso hace falta decir algo más?
Pues que a buen entendedor pocas palabras bastan.

Grita.

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...