martes, 14 de junio de 2011

Abre los ojos.

No esperaban verse allí.
Dreams can be true.
Para ser exactos, no se esperaban. 
No esperaban nada, para concretar más aún. 
La brisa era suave. 
Anunciaba el comienzo del verano.
Y el silencio invadía el terreno.
No tenían nada que decirse. 
Sus miradas lo decían todo. 
Ninguno de los dos eran felices. 
Pero se miraban a los ojos sin que el paisaje los distrajera.
No les dolía estar allí.
Aunque ambos sufrían, no eran el uno por el otro.
De hecho solían consolarse mutuamente.
Lástima que ahora ella no pueda mirarlo igual.
El viento le movía el pelo, lo suficiente para despeinarla.
Él se lo coloca de nuevo en su sitio.
Sonríe tímida mientras lo mira de reojo.
A él le hace gracia.
Le pregunta por qué es tan bonita.
Ella se ruboriza mientras coge su mano.
Lo quiere bastante.
El amor es una bendición para aquellos que tienen el lujo de recibirlo.
Por esa misma razón, él era afortunado.
Le dice que es maravillosa.
Le besa en la frente mientras ella sonríe.
Aún no ha soltado su mano.
Vuelven a mirarse a los ojos.
Está decidida.
Lo va a besar.
...
Despierta.
Ella no es afortunada.
Aún no.
Pero sueña, y piensa: ¿Por qué no?

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...