Lo estás viendo.
El cielo se desmorona ante tí y las nubes te saben a algodón.
Es un tacto algo especial, frío.
No, no lo esperabas.
Todo el mundo espera que sean confortables y cálidas.
Un sitio donde poder descansar.
Te duele.
Siempre duele ver que las cosas no son como las pintan.
Tú lo querías todo.
Las querías cálidas y suaves.
Y son frías y efímeras, solo materia transigente.
¿A qué te suena?
Son como tú.
Ellos te quieren de tacto angelical, con un calor que irradias.
No eres distinta a esas estúpidas nubes.
Una mentira sin igual.
Pero las mentiras no serán eternas.
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