domingo, 15 de abril de 2012

La chica de la habitación de algún lado.

Allí está ella, con su pelo artificialmente alisado, los labios con carmín y un traje rojo. Un cigarrillo permanentemente apagado y un vaso manchado con un beso. Estoy sentado en la misma barra del mismo bar que encontramos abierto. No me atrevo a mirarla, por si el abismo de sus ojos negros me llegase a engullir. Por si acaso, me mantengo al margen de su historia, por si me embelesa su forma de contar mentiras. Ni siquiera he hablado con ella y ya estoy enamorado. Soy un desquiciado. Camarero, un vaso más. Y ella me mira. No he dicho nada importante. Un empalagoso aroma a coco rellena el vacío. La señorita invita. Esa mujer está maldita. No sé que me ha hecho, pero no estaría mal que me dejara en paz. Un tacón en el suelo. Un paso más. Que no se acerque, su movimiento me irrita. Pasa por detrás y sé que me mira, porque solo ella y su mirada podría conseguir que la piel del cuello se me erizara. Se acerca a un viejo tocadiscos en un rincón oscuro de la sala. Con todos ustedes, Sabina. Tanto la quería, que tarde en aprender a olvidarla 19 y 500 noches. Juega conmigo, lo sé y ya no sé si me importa o dejó de importarme cuando la vi a ella. No sé su nombre, pero eso no me ha impedido pensar en ella. Como la odio. El rubor de sus mejillas sin maquillar no me deja dormir en paz. No me extrañaría que llevara un arma guardada entre tanta sensualidad. Se acerca de nuevo y rezo porque no sea a mi. Se acerca a la barra, deja un billete y se marcha de nuevo. Otra vez de a su vida, a su historia repleta de mentiras, de miradas furtivas a otros, y eso me mata. Maldita bruja barata. Que me ha hecho. La hubieran condenado a la hoguera si no fuera tan bella. Debería estar penado hacerle eso a los hombres que están desquiciados. Ella sabe que la amo. Y yo sé que ella lo sabe por  una lista de razones que dejo escritas en una servilleta sobre el mostrador donde se lee:

A quién pueda interesar:
Ella me ama, varias cosas la delatan;
-El pelo liso.
-Los labios con carmín.
-Los ojos oscuros.
-No lleva maquillaje.
-No fuma.
-La colonia de coco.
-La canción de Sabina.
-Siempre vuelve. Siempre mira. Siempre será mía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

legen... wait for it... dary
Davo

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...