domingo, 2 de diciembre de 2012

Siempre fui de frente y nunca fui valiente.

Diciembre, con D de Despierta. Como me gustaría seguir durmiendo, pero los sueños me van a matar tarde o temprano. He comenzado a comprender que no pasaría contigo el resto de mis días, pero si el resto de mis noches. Y es eso lo que no me deja a solas con la tranquilidad, necesito un equilibrio perpetuo entre soledad y conversación. Sábanas frías para un cuerpo de sangre caliente. Aunque a dónde me llevaría pedirte que seas tú quién caliente mi vida; no me vengas a arañar las heridas del pasado, que yo sola me las lamo. Un amor idiota. Ni siquiera es amor, quién coño sabe que es, pero sigo esperando la sonrisa que no me viene dedicada, ni las palabras pronunciadas en silencio por los ojos que me miran mientras piensan cuando me voy a largar. Y yo con mi cara de idiota tengo la ilusión de que mi corazón siga latiendo por verte despertar una mañana y que mi atrofiado cerebro pueda mantener el recuerdo vivo hasta el día en el que disfracemos un adiós con un hasta luego.

Que congele Diciembre lo que quede de ti en mi mente.
Cuando todo esto me supera, cuando lo que más me apetece es salir corriendo de aquí y no volver a verme, me pregunto quién es realmente el que necesita este Diciembre y su D. Quizás ya no tengo la ilusión de la que hablo, solo son recuerdos del pasado en el que me enamoré de la idea de poder quererte, de que tú pudieras verme. Y no necesitaba que me vieras de una manera especial, solo que fueras consciente de mi presencia en aquel portal de mala muerte, al borde de perder mi suerte por un poco de cariño. Pero quién podía pensar en aquellos momentos que desear suerte podría traer de la mala. Cuando la pedimos nunca especificamos, será mi merecido, por la ilusión malgastada, por los sueños baratos de almohada, por mantener el corazón caliente a la espera de una mirada que nunca dice nada. Que Diciembre, con su D, de frío congele lo que quede. El regalo de estas Navidades ya descansa en paz, los últimos versos que te escribo, amigo.

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Espina.

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