viernes, 6 de enero de 2012

Pajaritos.

Tirado en una cama que no es mía, pienso en sensaciones que no viví, o cuanto aceleré mi vida. Mirando al techo de una casa desconocida, te da por pensar en qué serie de cuestiones, de aciertos o fracasos, te hacen llegar hasta esta situación. Y pienso, solo pienso, en cosas del ayer que ya no tienen importancia, pero siguen, no se borran, solo están. Que dicen que solo se perdona cuando ya no duele. Eso será, porque yo ya no siento, ni entre sábanas que huelen a canela cuando mi perfume tiene toques de azahar. Me dijo un pajarito que el destino te ha dado por detrás una vez más. Permíteme que lo llame "karma" por todo lo que me hiciste pasar. El techo esta noche está estrellado y eso me hace pensar, pues pocos en su sano juicio pegarían estrellitas en lo alto, cuando lo que quieren todos es hacerlas bajar. ¿Eso te pasó? ¿Se te escaparon de las manos, te quemaste, te cortaste o se te hicieron de rogar? Perdona, me regocijo en tu dolor ya por costumbre de la maldad de la que me hicieron responsable; indomable me llamaron ese entonces, cuando no sabían que tú podías hacerme callar. Y ahora nada. Ahora te silencian a ti tu malos actos. ¿El dolor se hace insoportable? Aguanta, aprenderás. No te lo digo con maldad, solo con sarcasmo. 

En realidad, no sé porqué me dio por confiar.

Me dijo un pajarito que te joden mis sonrisas, y mis ganas de bailar sin compás. Que hable con otras personas, que sea más que feliz que cuando era un indomable que se dejaba gobernar. Mas una cosa debo decir, los pájaros a veces no dicen la verdad; a veces son ellos los que te dan por detrás a conciencia, los que devuelven las estrellas al espacio sideral, o los que sustituyen las ramitas de canela por flores de azahar.


No hay comentarios:

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...