Solo el sonido del reloj haciendo daño en mis oídos. La calle solitaria, y la noche fría adueñándose del resto del espacio. Apenas se escuchan mis pisadas o las voces apagadas de la pareja que camina no muy lejos. Desaparecen. Han cambiado de dirección. Continúo caminando. Un pie tras otro, tropezando a menudo. Estos, inconscientemente, me llevan hasta casa. Entro y cierro. Nada dejo fuera.
¿Qué? ¿Crees que no hay amor, odio acumulado, traumas infantiles, desengaño de la vida?
Entonces es que no has aprendido nada de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario