viernes, 20 de enero de 2012

Que poco dura la vida eterna.

Y todo saldrá bien
Me gustas. Me gusta como hablas, como piensas, como recitas versos de Neruda, como te enfadas sin razón, como te late el corazón, como estornudas. Me gusta tu esencia, tus movimientos, tus rasgos europeos, tus dientes blancos. Me gusta el amor que no procesas, las palabras que se lleva el viento, la fuerza que me empuja a ti. Y es gustar, que no amar. Es utilizar el verbo tal y como se contempla en el diccionario que todos tenemos en nuestras casas, ese en el que se lee "gustar: agradar, parecer bien algo a alguien." Así me gustas. Me pareces bien. Me gusta cuando miras embobado, cuando te das aires altivos, cuando me cuentas que has amado. Me gustan tus escritos, tus palabras, tus sutilezas, tus razones sin sentido. De todas formas es un verbo y nada más. No significa mucho ahora que lo pienso, que lo escribo y lo analizo. Pero adivina qué: me gustas.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes? Cuando te leo, al comenzar, creo que nada va a cambiarme, y que nada va a ser diferente dentro de mi cabeza, pero cuando termino las líneas, me doy cuenta de lo insignificantes que somos, y lo poco que sabemos incluso de todo lo que vivimos intensamente a diario. Sigue así.

Madmaniac dijo...

¿Sabes? No te haces una idea de cuanto te lo agradezco. Y de cuanto te agradezco que hayas decido comentarlo para que yo lo sepa. Mil gracias, anónimo -espero que algún día puedas decirme quién eres JAJA-.

Espina.

Parece, aunque a veces sólo lo parece, que por cada cosa mala que a uno le dicen, diez de las buenas se olvidan, se escapan. Como si nunca ...